FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Entre Andilla, Bejís y El Toro.

Viene un tiempo en el que, si no nos encierran, ya se puede salir por nuestros montes sin tener que soportar los calores del verano. Aquí, como bien sabéis, es el verano la peor época para hacer excursiones, porque incluso en invierno se anda bien, con tal de abrigarse.

Como ya dije en su momento serán todas por pistas forestales y caminos. Nunca incluiré senderos, pues no quiero colaborar de ningún modo en los destrozos que determinados individuos están haciendo en ellos. Por un camino o una pista no hay ningún problema si se va corriendo, en bici, a caballo, en moto, en coche, en burra velera o, por supuesto, andando, que es lo que menos gente hace ahora, andar.

Bien; empezaré hoy por una larga y bonita ruta por los montes que hay entre Andilla, El Toro y Bejís, saliendo de Canales, pequeño pueblecito situado a 60 kilómetros de aquí y, dicho sea de paso, donde nieva todos los años, y a veces abundantemente. La ruta hasta allí es fácil, Liria, Alcublas, Sacañet y Canales.

Dejamos el coche en el pueblo y salimos, en dirección oeste, siguiendo unos caminos que nos llevarán a un collado desde donde veremos al sur, Andilla. Nuestra ruta sigue por una buena pista que bordea unas espectaculares paredes rocosas que quedan a nuestra derecha.

En un momento determinado tomamos un desvío, también a la derecha que, tras una buena subida nos dejará en el collado Bardés, desde donde seguimos subiendo por un paraje desolado y alto, sin casi árboles (ya los quemaron hace años) y desde donde los panoramas son extensísimos. A nuestra izquierda, y aún lejos, veremos la base militar abandonada de El Toro. Estaremos a más de 1400 metros de altitud.

Llegados a otra bifurcación podríamos regresar a Canales en una hora corta, pero nuestra ruta entra en el barranco del Resinero, que albergaba antaño un pinar impresionante que yo conocí, y que ahora está en plena regeneración tras un antiguo y gigantesco incendio. Bajaremos bastante por él, hasta otro collado desde donde sale un discreto y mal camino que nos lleva, en fuerte descenso, al barranco de las Arteas.

Y como habremos bajado tanto, la ruta, para retornar a Canales, vuelve a subir; y sube y sube hasta llegar a una buena pista por la que regresaremos al pueblo atravesando un entorno encantador.

La ruta es larga, casi 26 kilómetros y 617 metros de desnivel en ascenso. O sea un día entero. Para poderla seguir sería muy útil un GPS (podéis pedirme el track) o un mapa y saber utilizarlo, pues equivocarse de camino, y hay muchos, puede suponer un serio problema. Es una zona alta, despoblada y solitaria, ¡una maravilla!

Las fotos que podéis ver a continuación son de este verano, y estaba muy bonito. En primavera es una fiesta, y en invierno, si está nevado, una aventura exigente que puede requerir material de alta montaña.

Buen calzado, agua, comida, protección para el sol, y ropa de abrigo si no estamos en verano, son imprescindibles. Y en el caso de haber nevado, hasta las raquetas de nieve podrían ser útiles.





Canales muy de mañana. Era verano pero hacía un buen fresquito.

Al frente vemos las montañas por las que nos vamos a adentrar.

Este bonito camino entre cultivo y pinos nos va alejando del pueblo.

Nos acercamos a las murallas rocosas que presiden esta parte de la ruta.

No siendo muy altas, son bonitas.

Aunque apetece acercarse a la base de la roca el matorral lo hace imposible.

Nos vamos alejando de las murallas para pasar luego tras ellas, por arriba.

Me gustan. Les hago muchas fotos.

Hay que alejarse para volver hacia ellas y superarlas.

Seguimos subiendo. Al fondo, Andilla.

Abajo queda el camino por donde hemos venido.

Y llegamos al collado Bardés.

Esta caseta, con un libro dentro para escribir en él, marca el collado.

Y accedemos a parajes desolados, antaño cubiertos de espesos pinares.

Una nueva señal confirma nuestra ruta.

El camino sigue subiendo. Algunos pinos solitarios recuerdan lo que aquí hubo.

Andar en silencio y discretamente vestido permite ver animalillos, como este pajarito.

Donde no llegó el fuego, pinos viejos se agarran a las rocas.

Desde aquí, en una hora llegaríamos al coche, pero la ruta sigue hacia los Cloticos.

El barranco del Resinero, por el que vamos a bajar.

y empezamos a bajar.

Y seguimos bajando.

El pinar va haciéndose denso. Aquí no llegó casi el fuego.

Es un paraje muy bonito.

Otra señal para situarnos.

Bajaremos por el camino de la derecha y seguiremos a la izquierda.

Atravesamos una pequeña chopera.

Y siguiendo este bonito camino volveremos a Canales.


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