FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 3 de septiembre de 2020

Ojito si os cruzáis conmigo.


 

Esto es un aviso a cualquier persona o "persono" que me conozca. Hará bien en atenerse a lo que voy a advertir, pues de lo contrario existe el riesgo de que en un eventual encuentro me provoque, sin quererlo, un ataque de ira e introduzca violentamente mi dedo en su ojo, penetración esta que puede resultarle muy dolorosa; la de mi  dedo índice en su globo ocular, aclaro y subrayo.

Habiendo vuelto ya la vida cotidiana, que no normal, puede ser que os encontréis conmigo. No se os ocurra buscar con vuestro codito el mío. No lo encontraréis, antes bien puede sucederos lo anteriormente expuesto, sentir la punta de mi dedo en vuestro ojo. Me da mucha rabia el gesto y me parece muy, muy triste. Nos saludaremos de viva voz, con la mirada nos diremos lo que tengamos que decirnos, y el día que podamos, nos abrazaremos, nos besaremos, nos daremos la mano, lo que haga falta, con una alegría y un placer indescriptibles. Hasta entonces, tonterías las justas.

Otra advertencia es sobre una frase que desdichadamente se ha puesto muy de moda, es lo que hay. No la soporto, por cierta que sea en demasiadas ocasiones. No solo me parece también muy triste, sino un auténtico homenaje a la resignación y a la impotencia. ¡Qué hubiera sido de la humanidad si nos hubiéramos instalado en tantas y tan pobres y oscuras falsas certezas con esa frase como justificación! Sí, es lo que hay, pero no lo que quiero que sea, no lo que espero que sea, no lo que debe ser. Y pronunciarla me suena a toalla tirada sobre el ring.

No, no me resigno a que todo esto sea lo normal, lo que hay. Haré todo lo que esté en mis manos, que es bien poco, pero algo es, para que todo vuelva a ser normal de verdad. Por eso, no quiero ningún gesto que intente dar visos de normalidad a lo que no es normal, como lo del codito. Por eso no quiero frases que suenen a aceptación sine die de lo inaceptable, como ese tristísimo y paralizante, es lo que hay.

Así pues, ya lo sabéis. Ojito si os cruzáis conmigo. Ni coditos, ni la frasecita de marras. Puedo ser muy rápido desenfundando mi dedo índice.

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