FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 11 de mayo de 2020

El irresistible deseo de vivir por fin libres.



Echo de menos muchas cosas hace ya tiempo, y sé con absoluta certeza que puedo decir, echamos de menos, ¿verdad? Hubo un tiempo de saborear lo que teníamos, y quizá no lo hicimos como es debido. Ahora es tiempo de echar de menos lo que tuvimos. Como dice el libro del Eclesiastés, todo tiene un tiempo bajo el sol.
Pues bien, esta mañana, cuando regresaba de mi periplo matinal, he pasado por la puerta del “cole”. Cerrado, vacío y silencioso; sin alma. Faltaban unos minutos para las diez, y a esa hora, debía ser un hervidero de vida, de vida joven y en primavera. Cuando la vida, y más si es joven, es más vida.
También la calle estaba vacía y silenciosa, extrañamente silenciosa. Sin bares, sin terrazas, sin gente yendo y viniendo.
Y me ha dado pena. De verdad, me ha dado mucha pena, y ¡mira qué cosas!, aunque llegué a la jubilación, hace nada, con alegría, he echado de menos todos y cada uno de esos 38 años de mi vida pasados en este trocito del mundo. Leer en clase con mis alumnos es una de las cosas que más echo en falta, y aunque ya no podría hacerlo, el hecho de que ahora, ni yo ni nadie, me ha parecido más triste todavía.
Y entonces, ya llegando a casa, me ha venido a la cabeza, como un relámpago, uno de los capítulos de Cipi que parece estar escrito para los días que estamos viviendo. He recordado cómo lo leía, enfatizando la alegría de los pajarillos.
Gorrioncita es herida en un ala por un perdigonazo. Se esconde como puede en un matorral, y allí Cipi la cuida hasta que se cura. Cipi va y viene en busca de comida y agua, y le hace compañía. Gorrioncita, desde su confinamiento, le pide que le cuente cómo está el mundo en el que ella ha sido feliz. A días esta triste y llora; otros, nostálgica. Hasta duda de que todo vuelva a ser igual que antes. Una noche "oyen, de cuando en cuando, el espantoso grito que una lechuza hambrienta lanza sobre la muda campiña. Y sienten miedo".
Pero al fin Gorrioncita se siente curada. Reproduzco textualmente los párrafos que les leía a mis alumnos, tratando de trasmitirles la alegría de los pajarillos.
"¡Qué locas carreras aquellos días! Del árbol grande de las bolitas rojas a la cinta de plata, de la cima de la colina a las nubecillas rosadas, de la banderola de la torre a la hierba de los prados, les arrastraba el irresistible deseo de volar, de jugar, de vivir por fin libres".
¿Lo veis?  …El irresistible deseo de vivir por fin libres.

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