Vi
entonces un cielo nuevo, y una tierra nueva, porque el primer cielo y la
primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.
Y oí
una voz potente que decía desde el trono:
Él habitará con ellos
y ellos serán su pueblo;
Dios en persona estará con
ellos
y será su Dios.
Él enjugará las lágrimas de
sus ojos,
ya no habrá muerte ni luto
ni llanto ni dolor,
pues lo de antes ha pasado.
Todo lo hago nuevo.
Y añadió:
Escribe que estas palabras son
fidedignas y verídicas.
Ap.21,1.3-5.
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