La
falta de respeto por las minorías es una de las características más hirientes de
los gobiernos con tentaciones totalitarias. Y este las tiene, no tanto por los
socialistas, como por los socios que les acompañan y sojuzgan.
En
esta desescalada difícil, se veía venir, se han tomado medidas absurdas,
incoherentes y contradictorias en muchos ámbitos, probablemente por esa falta
de respeto a todo lo que no pese en número.
En mi
caso, y vuelvo sobre el tema, las dificultades y trabas que están poniendo
desde el principio a la normalización de los deportes de montaña, han
conseguido casi sacarme de quicio, por la incoherencia absoluta, radical, total
que supone que estén permitiendo terrazas, playas, reuniones, cenas y yo no
pueda pasarme el día solo, o con Isabel, en un monte siempre solitario.
Ante
este desatino, la FEDME (Federación española de deportes de montaña y escalada),
junto con todas las federaciones territoriales, han reclamado medidas sensatas y
coherentes sin conseguir más que alguna pequeña concesión. Deben considerar que
es menos peligroso que se junte la gente en la playa, hagan una barbacoa en el
chaletito un grupo de amigos, o se vayan a almorzar al bar, que el hecho de que
una persona, incluso si está federada, se vaya todo el día por el monte, sola o con su
señora esposa.
Ya sé
que he hablado otras veces de esto, pero vuelvo a hacerlo para desahogar la
rabia y la impotencia que me provoca esta situación absurda. Y aprovecho este
nuevo desahogo para compartir las palabras que en la página web de la FEDME nos
dirigen a todos los que, entre el asombro y la indignación, somos víctimas de
este desacato.
No
obstante, continuaremos trabajando para que las franjas horarias establecidas
dejen de ser una barrera a la práctica de los deportes de montaña ya que
estamos convencidos de que ello no es incompatible con el cumplimiento de las
medidas básicas de seguridad sanitaria necesarias para evitar la expansión de
la pandemia que nos afecta.
Queremos
aprovechar para agradecer la paciencia y la responsabilidad con la que está
actuando nuestro colectivo, al tiempo que nos gustaría expresar nuestra
solidaridad con todos aquellos que, de una manera directa, se están viendo
afectados por esta situación.
Sí,
tendremos paciencia y seremos responsables; es lo que debe ser, porque lo que
me pide el cuerpo…¡ay, lo que me pide el cuerpo!
Mejor dejarlo aquí.
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