FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 11 de junio de 2015

Del Anayet al pico Royo. Junio de 2015.

Antiquísimo volcán ya extinguido. Montaña esbelta, rotunda, bellísima sobre todo desde los lagos de su mismo nombre, cumbre deseada hace ya muchos años y nunca alcanzada por mil motivos diferentes. Eso es para mí el Anayet.
Y como cada montaña tiene su día, este pasado sábado, 6 de junio, fue, por fin, el suyo. Salimos hacia las siete de la mañana del parking situado junto a la carretera del Portalet, con un día de un azul perfecto. Había previsión de tormentas por la tarde, así que aunque queríamos hacer todas las cimas del cordal que llega hasta al Anayet desde el pico Royo, fuimos primero a ella, por si acaso.
Calor y torrentes en el valle por el que se sube hacia los lagos, impresionante espectáculo cuando por fin la ves y vas acercándote a su base, ascenso duro pero breve al collado aún nevado, trepada muy fácil, algo aérea en el paso equipado con cadena, la chimenea final y por fin, el Anayet. Y solos. Solos en el Anayet. ¡Una gozada!
Ya habían aparecido las primeras nubecillas, así que a buen ritmo ascendimos luego el Vértice Anayet, el Garmo de Izas y el Arroyetas. Hasta aquí el camino es una cresta espectacular y muy fácil. El cielo, ya más cargado parecía querer aguantar. O regresábamos al sendero del valle o seguíamos hacia el Culivillas que nos mostraba una pared “imposible” y luego una arista extremadamente afilada y aérea hasta el Royo, desde donde se supone que era fácil regresar. No sabíamos qué hacer. Ninguno de los dos, ni Jose ni yo, habíamos seguido esa cresta, pero su amigo Donato, que estaba en Zaragoza, le había dicho que no tenía problema alguno.
Había que decidir y usamos la tecnología para hacerlo. Jose le llamó por teléfono (móvil, allí no había cabina) y nos reiteró la ausencia de dificultad además de enviarnos una foto con el itinerario dibujado. Y así fue. Pared imponente pero accesible, cresta algo enrevesada pero ancha y cómoda, y al fin el pico Royo y el descenso directo y fácil por el ibón de Lapazuso, de cara a la tormenta que ya bien formada y con sus rayos y sus truenos, se abalanzó sobre nosotros desde el Balaitús. El último kilómetro, bajo la lluvia, fue todo un placer.
Una ruta de 1572 metros de desnivel y 20 kilómetros, con sus breves pasitos de trepa, un itinerario no siempre evidente, unos paisajes de ensueño y la tormenta gestándose…
Un día completo, sellado con una muy buena cena en Biescas y un reparador descanso en la tienda de campaña.
Y al día siguiente nos esperaba el Midí d´Ossau. Buena perspectiva para coger el sueño.

Una marmota nos da los buenos días de buena mañana.
Al alcanzar la explanada de los lagos, el Anayet aparece airoso y monumental.
A la derecha, el Midí se eleva imponente sobre el lago inferior de Anayet.
Trepando por las losas inclinadas equipadas con cadena.
Acabando el único paso "delicado" de la ascensión.
En la cima del Anayet.
Ya de regreso, Jose recoge la cuerda utilizada para asegurarnos.
Desde Vértice Anayet, el propio Anayet, de donde venimos, y el Midí, al fondo.
Primer plano de Balaitús-Frondiellas desde el Garmo de Izas.
Primer plano del Midí desde el Garmo de Izas.
La tormenta va gestándose sobre el Balaitus.
Cresta entre Culivillas y pico Royo.
La tormenta gana fuerza. Ya se le oye.
Y por fin se desencadena, pero ya estamos de regreso en el valle.
Si quieres ver más fotos de la ruta pulsa Ascensión al Anayet. Junio de 2015.
Si quieres el track, pulsa Del pico Anayet al pico Royo.

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