FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 10 de junio de 2015

¡Que nos devuelvan septiembre!



Usted, Sra. Catalá, por lo que parece ser, ya se va. Supongo que a continuar su carrera política y a dar conferencias por el mundo y cosas así. Es lo que hacen todos los que llegan “tan alto” cuando descienden del Olimpo hasta que vuelven a él, si vuelven. Pero con gallardía torera, hasta el final, ha perseverado en sus errores.
Por eso, por esa perseverancia suya, y pensando también, quizá más, en quien venga después de usted, escribo estas líneas.
No hay derecho a que les haya quitado la oportunidad de septiembre a los alumnos. ¿A quién hacía daño? Ahora, en los últimos días de junio, punto final. Y que cada uno se lo monte como pueda. Ahora nos toca decir, “mira chaval, si hubiera exámenes en septiembre aún podrías pasar de curso, pero no los hay; hazte a la idea de repetir…” ¿O es que quieren que les regalemos las notas en casos como éstos?
Septiembre, a los alumnos que más les costaba, les regalaba dos meses para ponerse a un nivel que a muchos les permitía promocionar con garantías.
Septiembre, a los alumnos que habían tenido problemas personales, familiares, de salud, les daba también un tiempo de más que les venía muy bien. Era de justicia, ya que ellos no habían tenido la culpa de sufrir un mal año.
Septiembre, a los alumnos que habían hecho el vago sin más, les enseñaba la lección valiosísima para su educación moral de que sus actos tienen consecuencias.
Septiembre, a los “profes” nos permitía programar el curso, en determinados casos, a doce meses vista, lo que eliminaba presiones innecesarias en mayo y junio, cuando por estas tierras, muy frecuentemente,  empieza a apretar el calor y en las aulas se está ya de pena.
Septiembre, daba un arma a papás y “profes” para hacer trabajar a los chavales cuando tocaba, durante el curso, con la consabida frase, “si quieres pasar un buen verano…” Y si metían la pata, era una muy buena lección.
Septiembre, además, permitía a mucha gente, bien en academias o por libre, sacarse unos dinerillos extra, y eran normalmente estudiantes, a los que esta fuente de ingresos les venía muy bien.
¿A quién hacía daño septiembre? Daño a nadie. Como máximo se podrá decir que era poco útil, pero por poco útil que fuera, si a nadie hacía daño y a algunos les ayudaba, ¿por qué eliminarlo? Pero además es que sí, era útil.
Y también he de decir, sin autoridad moral para decirlo, porque tampoco yo he hecho nada, aparte de escribir en este blog, que me avergüenzo de la respuesta tibia y resignada del profesorado. ¿Por qué no hemos defendido, ni defendemos los derechos de nuestros alumnos? ¿Por qué no hemos montado la marimorena en defensa de esa última oportunidad, que era septiembre, que a tantos nos ha venido bien? ¿Dónde está la atención a la diversidad, la educación inclusiva, el apoyo a los que más les cuesta…?
. ¿Y los papás? ¿Y las APAS? ¿Qué han dicho? ¿Qué han hecho? También a ellos parece darles igual. Si el niño va bien, el problema no va con esa familia, y si va mal, ¿qué le vamos a hacer? Al menos las notas del niño no les fastidia el verano. Es eso, ¿no?  Insolidaridad de unos y comodidad o resignación de otros.
En fin, decisión ésta de quitar septiembre, absurda, incomprensible, rayando lo irracional, aplicada sin éxito en otras comunidades, pero que aquí se mantiene un año más, y punto. Las víctimas, los alumnos, como siempre; y nosotros con ellos.
Espero que este sinsentido se acabe pronto. Y espero que en su lugar no nos impongan otro, y otro, y otro... Espero.

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