FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 8 de diciembre de 2015

"¡Y yo pa que quiero saver istoria!"

Momento en el que el rey Juan Carlos I firma la Constitución. Era el 27 de diciembre de 1978.
Le dijo el dulcísimo alumnuelo a su amantísimo profesor, “¡y yo pa que quiero saber istoria si no me sirbe pa na!”. Mirolo el profe, ya anciano, y tras una honda respiración, para coger fuerzas, le respondió, siéntate y te contaré unos pocos cuentecitos.
Sentose el alumnuelo y díjole el “profe” que, hace muchos años, hubo un reino que fue capaz de ganar una guerra contra un enemigo muy poderoso, a la vez que consiguió crear, en Cádiz,  unas reglas de juego, la constitución de 1812, para crear un reino nuevo y en paz. El rey Fernando VII, que podíamos decir que estaba “secuestrado”, juró acatar aquella constitución llamada por el pueblo “la Pepa” y, cuando acabó la guerra y regresó, fue recibido con todos los honores. Pero cuando se instaló en el trono, se desdijo de su juramento y persiguió con saña a aquellos que habían elaborado aquellas reglas y a los que las defendían. Él sabrá por qué, se creía por encima de la ley.
Tiempos difíciles sucedieron a aquellos, en los que unos se empeñaban en buscar acuerdos y otros en romperlos, hasta que un día de verano del año 1936, otros señor, en esta caso un militar, Francisco Franco, rompió también otra constitución, la de 1931, y en este caso estalló una guerra terrible, una guerra civil, que causo un millón de muertos, y un dolor tan grande y tan hondo que aún hoy perdura. Sí, él sabrá por qué, se creía también por encima de la ley.
Ahora, mi amantísimo alumnuelo, tenemos otras reglas del juego que mucho costó de elaborar, y que nos han permitido un largo período de paz y progreso en el que has nacido tú. Es la constitución de 1978, cuyo 36 aniversario celebramos el domingo. Pero piensa un poco, ¡oh dulcísimo alumnuelo!, y si eres capaz de fijarte en algo más que en tu ombligo, verás cómo hay gente ahora que también quiere romper esta constitución, pasando, una vez más, de lo que entre todos hemos acordado. Toman decisiones contrarias a ella o al margen de ella. Y eso no se debe hacer. La historia nos lo dice a gritos. Podemos cambiar la constitución, pero no romperla. ¿Entiendes? Nunca nos ha ido bien cuando la hemos roto. Y eso nos lo cuenta la historia.
¿Sabes una cosa Manolín? Sí, es importante la historia. Sí, es necesario saber historia, porque si no sabemos historia, la repetiremos. Y más te digo, saber historia en serio, porque hay quien la manipula, la cambia en su propio beneficio. Hay quien, él sabrá por qué, se cree por encima de la historia, por encima de la ley. Él sabrá por qué.
¡Ay Manolín! Qué peligroso es ese “¡y yo pa que quiero saber istoria si no me sirbe pa na!”.
¡Ay Manolín! Qué peligroso es creer que el saber estas cosas no te sirve de nada y luego, cuando cumplas los 18, creyendo que lo sabes todo, votar.
Y ahora, amantísimo alumnuelo Manolín, anda y vete a darle “patás” a la bola, que es lo que mejor “te se” da.

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