Ya
veis estas borrascas que riegan generosamente casi toda España y cubren de
blanco las montañas lo que nos traen aquí, un viento insoportable y el riesgo
del fuego que en los alrededores del Benicadell es en estos momentos más que un
riesgo, una catástrofe.
Y no
son buenas las previsiones. El fin de semana seguirá castigándonos, con algo
menos de fuerza, pero castigándonos. Seguirá secándolo todo aún más, si cabe, y
manteniéndonos en vilo a los que conocemos y amamos el monte. Además mañana
subirán las temperaturas situándose entre 14 y 22, aunque el domingo bajarán
algo, entre 13 y 20.
Y de
lluvia nada de nada, ni a corto ni a medio plazo. Está siendo un otoño para
olvidar. En estas tierras, peor es imposible. Es como una pesadilla.
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