Día 40 de confinamiento.
Buenos
días:
Hoy
comparto unos versículos del libro de Isaías, con el deseo y la esperanza de
que sus palabras caigan sobre nosotros como agua en tierra reseca.
El desierto y el yermo se
regocijarán,
se alegrarán el páramo y la
estepa,
florecerán como flor de
narciso, desbordando de gozo y alegría.
Fortaleced las manos débiles,
robusteced las rodillas vacilantes;
decid a los cobardes de
corazón: “Sed fuertes, no temáis”.
Mirad a vuestro Dios, que trae
el desquite;
viene en persona, resarcirá y
os salvará.
Se despegarán los ojos del
ciego, los oídos del sordo se abrirán,
saltará como un ciervo el
cojo, la lengua del mudo cantará.
Porque han brotado aguas en el
desierto, torrentes en la estepa;
el páramo será un estanque, lo
reseco un manantial.
Is. 35,1-2a.3-7a.
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