Me
encanta la creatividad. Y hay que reconocer que en estos tiempos está
disparada. Es, a fin de cuentas, una buena forma de exorcizar los fantasmas que
nos acosan.
Yo,
como montañero enclaustrado, como tantos otros, entiendo muy bien a este tal Philipp
Klein que, impulsado por su ansia de cimas, ni corto ni perezoso, ha hecho una
ascensión con esquíes, a una alta montaña nevada, sin salir de casa. ¿Cómo?
Mirad el video.
¡Enhorabuena
por tu conquista, chaval!
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