FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 26 de marzo de 2020

El aplauso de las ocho.



Aunque ya lo hemos hecho muchas veces, el aplauso de los ocho de la tarde sigue impresionándome. Puntualmente, todos los días, ventanas, balcones, terrazas, en la puerta de la calle, nos vemos los vecinos para aplaudir a todos los que luchan, día a día, en el frente, contra el enemigo. A todos. Y de un modo especial a los sanitarios, por estar en el lugar más peligroso del frente, los hospitales.
Al aplauso se le unen a menudo, vítores, música, linternas encendidas, petardos, alguna carcasa. Luego nos saludamos, nos deseamos las buenas noches y vuelve el silencio. Un día más.
Pensar que a la vez que nosotros, en toda España, millones de personas aplauden también en ese momento, es un pensamiento que hemos de tener cada día para degustar esa solidaridad que hay detrás del gesto ya cotidiano, y que nos hace fuertes ante la adversidad. Para no acostumbrarnos a él.
Estoy seguro que después de esto, muchos vecinos que vivían años en el mismo edificio y ni se conocían, se saludarán con alegría cuando vuelva la libertad. Y mucha gente solitaria se habrá dado cuenta de que no estaba tan sola. Y esto es bueno, muy bueno.
Es como un pequeño fuego que este tiempo de dolor y sufrimiento ha prendido en nuestra tierra, y seremos nosotros los que tendremos que cuidarlo, protegerlo y alimentarlo, para que crezca fuerte y sano, y nos dé a todos, luz y calor.
Será nuestra revancha. Debe serlo. Hacer crecer todo lo que de bueno está surgiendo en este tiempo negro. Porque más allá del justo aplauso de las ocho, hay toda una multitud de hogueritas que brillan humildes en las sombras, y que hemos de descubrir para no pisarlas y apagarlas, y cuidar desde ya. Y cuando todo vaya pasando, seguir cuidándolas con más tesón, con más entrega, para que se conviertan en una gran fogata que ilumine una sociedad, un mundo renacido, cuando por fin ya todo haya pasado. Un mundo más justo, más humano, más limpio.
Sí, será nuestra revancha. Será nuestra victoria rotunda sobre el virus. ¡Ojalá que así sea! Porque podría no serlo. Podríamos olvidarlo pronto. Podríamos; pero quiero pensar que no será así. La esperanza de que así vaya a ser, la tengo; y ahora, más que nunca, necesitamos esperanza.

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