FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 17 de marzo de 2020

Ya nada será igual.



Ayer ardieron algunas fallas a medio plantar, en Valencia; entre ellas la del ayuntamiento, que salvó del fuego esa cara triste que ya todos conocemos, a la que le han puesto una mascarilla.
Era ya de noche. Llovía sobre la ciudad vacía y silenciosa. Sólo policías, bomberos, algún periodista contemplaban el espectáculo, y quizá algún vecino desde su casa. ¡Qué triste, pero qué triste!
Estoy convencido de que estos días que estamos viviendo van a cambiar muchas cosas en nuestra vida, en nuestro mundo, porque nos están cambiando por dentro quizá de un modo mucho más hondo de lo que ahora alcancemos a imaginar.
Ya nada será igual, porque muchos habremos aprendido a valorar lo cotidiano que ahora nos está vedado. Salir a pasear, ir al super, tomarse una cerveza en el bar, ir el fin de semana de excursión, encontrarse el lunes con los compañeros en el trabajo, y hasta el atasco para volver a casa.
Ya nada será igual porque reencontraremos el gozo, quizá no valorado cuando era posible, del beso, del apretón de manos, del abrazo al amigo; la alegría de la conversación íntima, de la cena en el restaurante con larga sobremesa, de la fiesta por sencilla que sea.
Ya nada será igual porque, aunque aún hay quien no lo ve, nos habremos dado cuenta de que es mucho más lo que une que lo que nos separa; mucho más poderoso lo que, después de todo, nos hace iguales ante la vida y ante la muerte. ¡Qué clara se ve ahora la futilidad de nuestras fronteras!
Ya nada será igual porque la crisis económica salvaje que nos espera, va a exigir grandes y difíciles decisiones, muchos sacrificios y sobre todo un estallido de solidaridad internacional sin el cual el virus nos habrá vencido, aunque ya no haya contagios y exista una vacuna.
Ya nada será igual porque, quien más y quien menos, se habrá hecho consciente de nuestra vulnerabilidad como especie y de la fragilidad de nuestro modo de vida, de nuestro mundo. Vulnerabilidad y fragilidad en la que nadie pensaba hace tan solo unos días.
Sí, ya nada será igual. Y ojalá sea mejor. En nuestras manos está. De ninguna crisis se sale igual que se ha entrado en ella; ya lo he dicho esto en el blog otras veces. Y cuanto más honda sea, más diferencia habrá entre cómo entramos y cómo salimos de ella. Y esta es muy, muy honda. La falla ardiendo en la plaza vacía, en silencio, bajo la lluvia, es un símbolo sobrecogedor del oscuro momento histórico que nos ha tocado vivir.
Pero del que hemos de salir. Entre todos hemos de salir. La primavera está a la vuelta de la esquina, y  después de estas lluvias será una explosión de luz, de color, de vida. Y eso es una realidad y también es un  símbolo, un símbolo que nos señala el futuro y nos habla de esperanza.

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