Día 8 de confinamiento.
Buenos días:
Hoy, domingo, comparto el salmo 23 que
se leerá en todas las misas, con el deseo y la esperanza de que sus palabras
caigan sobre nosotros como agua en tierra reseca.
El Señor es mi pastor, nada me
falta:
en verdes praderas me hace
recostar,
me conduce hacia fuentes
tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas
oscuras,
nada temo, porque tú vas
conmigo:
tu vara y tu cayado me
sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con
perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de
mi vida,
y habitaré en la casa del
Señor
por años sin término.
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